Y ahora ¿qué vendo en mi tienda online?

15.05.2014 22:59

Muchos manuales, posts y artículos actuales nos hablan de cómo y porqué debo poner en marcha mi tienda online, pero ¿realmente tengo claro qué es lo que puedo vender por internet?

 

Tanto si tenemos tienda física como si no la tenemos, debemos tener claro que hay reglas no escritas en el mundo de las ventas offline que no pueden aplicarse al mundo online, y viceversa. No podemos pretender vender de la misma forma un mismo artículo en ambos mundos.

Muchas de las plataformas de venta online se basan principalmente en la “compra impulsiva”, aquella que el cliente realiza de forma instintiva y guiándose puramente de una primer ojeada que le “obliga” a adquirir el producto. Para fomentar esta compra impulsiva, las reglas no escritas son diferentes a las que usamos en nuestras técnicas de venta offline.

 

Y, ¿cuáles son las reglas no escritas de la venta online?

Cuando por fin decidamos poner en marcha nuestra tienda online, debemos tener en cuenta que todo lo que incluyamos en ella debe respetar los siguientes principios.

  • Desechable. El producto debe ser perecedero si queremos que el cliente repita la compra. Un producto que tenga una vida útil excesivamente larga facilitará que el cliente se olvide pronto de nuestra tienda online. Un ejemplo claro son los consumibles de impresora, necesarios pero con una vida relativamente corta.
 
  • Económico. El precio bajo es uno de los factores que fomentan la compra impulsiva. Precios económicos conseguirán que el cliente los compre aunque realmente no los necesite. Ejemplos en Ebay los puedes encontrar a raudales.
 
  • Pequeño. Ahora piensa en ti. Cuanto más reducido sea el tamaño del producto, más sencillo será su manipulación y más económico su envío. Siempre es más sencilla la venta online de relojes de pulsera que de relojes de pared.
 

Si ya te has asegurado que todos los productos que vas a incluir en tu tienda online cumplen estos 3 requisitos, no pienses que tienes todo el trabajo hecho. Ahora debes ocuparte de la imagen de la venta (no de la imagen del producto, si no del proceso de venta).

  • Rapidez en la entrega. Aunque tu producto sea perfecto, desechable, económico y pequeño, el cliente puede rechazar la compra si los plazos de entrega que ofreces son demasiado largos. La impaciencia es la principal cualidad del comprador impulsivo. La frase “lo he visto y lo quiero ya” es la mayor enemiga de las tiendas online. Así que ten en cuenta que tus plazos de entrega no deben superar nunca las 48 ó 72 horas. Por encima de los 3 días de espera, el cliente se irá a otro sitio aunque tenga que pagar un poco más por el mismo producto.
 
  • Confianza. Ofrece un teléfono y un mail de contacto, una forma de pago seguro, la posibilidad de devolución sin cargo alguno, descuentos ventajosos por compra numerosa, incluso algún tipo de indemnización si el plazo se alarga más de lo estipulado. Que el cliente siente que no puede haber ningún problema con su compra, será mucho más sencillo que realice una compra, y que la repita con frecuencia.
 

Ahora que ya tienes claro cuáles son los requisitos que no debes olvidar, solo te queda ponerte a rebuscar en tu catálogo aquellos artículos que los cumplan todos…. ¡y a vender!